La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la vida adulta. Aquí termina el crecimiento biológico y la maduración psicosocial. Es una etapa compleja de cambios a nivel físico, hormonal y
sexual (pubertad), como social y psicoemocional.
La alimentación del adolescente debe favorecer
el crecimiento y desarrollo así como promover
hábitos de vida saludables para prevenir trastornos de alimentación.
masa ósea.
Las ingestas recomendadas
se relacionan con el ritmo de crecimiento o con la edad biológica y no con la cronológica.
La ingesta recomendada el Kcal en el grupo de 11-13 años es de 2.500 2.200 mientras que de 14-18 años es de 3.000 2.200 Kcal.
En cuanto a las proteínas 1 g/kg para ambos sexos entre los 11 y 14 años, y 0,9 y 0,8 respectivamente en varones y
mujeres, entre los 15 y 18 años.
En relación con la ingesta de grasa total representará el 30% de las calorías totales.
Los hidratos de carbono deben representar entre
el 55-60% del aporte calórico. Se aconseja que este
aporte sea en su mayoría en forma de carbohidratos
complejos.
En este grupo de edad las necesidades de vitaminas aumentan respecto a otras etapas de la infancia, debido al crecimiento acelerado y al aumento de
los requerimientos de energía. Tales como aporte de tiamina, riboflavina y niacina. Las vitamina B6 y el ácido fólico,
vitaminas A, C y E .
Las necesidades de minerales también están
aumentadas en la adolescencia, sobre todo las de hierro, zinc y calcio.
Una dieta variada y equilibrada, con el aporte
calórico total recomendado, garantiza adecuado aporte de minerales como el
zinc, magnesio, cobre, cromo, fósforo y selenio.